MET: Kame Hame Ha abre la Muestra Estatal de Teatro
- Foto y texto: Andrés Miramontes
- 3 sept 2016
- 3 Min. de lectura
Una historia de Benito, de los niños, de los padres. Una historia de México.
El día 1 de septiembre se dio inicio a la gran Muestra Estatal de Teatro en Jalisco -MET- siendo el Foro de Arte y Cultura la primera sede de esta edición. Dieron un muy grande acierto eligiendo la obra de "Kame Hame Ha" como inauguración, con una inigualable actuación por parte del joven Alex Morán (José Alejandro Ocegueda Morán) dando vida al personaje de 'Benito'.

Benito es un niño de tan solo 14 años cuya forma de vida es tan diferente -y a la vez tan parecida- a la de muchos niños, pues él forma parte de un grupo de sicarios en México. Benito vivió con padres teniendo poca preocupación y respeto hacia él al igual que todos los niños de la zona. Y desde pequeños fueron expuestos a asaltos, drogas y robos.
Todo esto con la constante afirmación de que esa será su forma de vida de hoy en adelante. Lo curioso aquí es que nunca vemos a un Benito queriendo escapar, sino que con un crudo cinismo minutos después de asesinar a alguien, se encontraba comprándose unos tenis, jugando videojuegos o viendo su serie favorita: "Dragon Ball Z"-.

El nombre de Kame Hame Ha es una relación al apodo de Benito en su estancia con los sicarios, para no ser identificados todos portaban apodos tan simples como "El Perro", "El tijeras" o como el de Benito: "El Saiyajín".
Kame Hame Ha, como obra, es un inevitable reflejo de la violencia que viven muchas personas en el país. Algo de lo que no nos podemos deslindar como cultura mexicana, y que parece que continuará agraviando el futuro mexicano.
Mientras la obra avanzaba, Alex Morán dejaba por unos minutos su papel de Benito y adoptaba el sí mismo: un joven. Se paraba frente al público para hablarnos de situaciones del país, ya sea de la vida de Benito, de los niños de la zona, sobre el domo demográfico del país, en el cual se basó para hablar del tema de los 'ninis' dejando como pregunta: "A ningún político le interesa saber qué es de los cientos de miles de ninis que están en el país, ¿a alguno de ustedes les interesa? -Nadie responde en el tenso minuto donde Alex observo a todos- claro que no".

Esta producción nos ofrece una hora de pensamiento crítico hacia nuestra sociedad, a nosotros como jóvenes y a los mismos padres que también son espectadores. El tema, uno muy importante, la educación de los niños. De eso deriva absolutamente todo. Esta de más criticar al gobierno en esta nota, más bien es una oportunidad para pensar en todos esos niños que ahora mismo están siendo sometidos a participar en secuestros o cualquier otro acto que es inimaginable que haga un infante. Pero es una realidad.
Segunda vez que tengo la oportunidad de asistir a esta obra y aún necesito verla de nuevo, sin duda yo la recomiendo a gritos para todo el público mexicano. Una hora para reír, para enojarte, para gritar de enojo por dentro. Una hora que Alex Morán nos ofrece absoluta entrega de él mismo en el escenario: él, un juego simple de luces cálidas y un reflector cenital que lo empapa de luz blanca en ciertas partes de la historia.
Esta historia está llena de impunidad como lo está fuera de ella; el pueblo se queja pero no puede hacer nada, el pueblo pide pero jamás son escuchados, el pueblo lucha pero no todos son los que regresan a casa. Citando a Alex segundos antes de ser aplaudido por todo el público de pie: "En México ya no alcanza con morirse".

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