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Un Rugido que dice: Ray Coyote

  • Texto: Nidia Beltrán | Foto: Alex Hernández
  • 27 oct 2016
  • 2 Min. de lectura

El camino de la música es un camino largo, donde se van conquistando colinas en un eterno ascender. Las colinas se abanderan con sucesos como la formación de una banda; el encuentro de un lenguaje creativo, el descubrimiento de una voz o un sonido propio, y sin duda uno de los sucesos más importantes es la consolidación del primer disco.

Son muchas las razones por las cuales abandonar la búsqueda, desertar de la constante lucha que implica la creación de algo tan orgánico y sincero como el arte. Ray Coyote, con más de cinco años en la escena, hoy logra celebrar el logro de un disco pensado, creado, manufacturado y distribuido.

Colmillo se volvió la razón de un evento para reunir a todos los que han pasado por alguna etapa de la banda en un solo recinto y celebrar el esfuerzo de caminar el camino que pocos se atreven a emprender.

Colmillo es la primera producción discográfica lograda con creaciones originales y un lenguaje creativo de la banda tapatía. A lo largo de sus 13 tracks, nos invita a un recorrido en su búsqueda de ellos mismos. Si me preguntaran con qué palabra relacionaría el contenido del disco, sería Identidad.

Los primeros discos suelen representar esa búsqueda, y por eso son un parte aguas en la carrera de la banda.

Se perciben diferentes sonidos a lo largo de las canciones, colores del grunge y metal se ven cobijados por una sólida propuesta de rock. La potencia de su sonido es resultado directo de la maciza batería, con una estructura clara y sobre la que caen el resto de los instrumentos. Las guitarras de Chícharo y Wicho se combinan de una forma que ninguna busca opacar a la otra, sino que saben colaborar en la búsqueda de un sonido completo con matices y profundidad; pues los riffs con distorsión saturada se ve balanceada con arpegios más digeribles que le dan ese sentido de dualidad.

Los principales rasgos de identidad de Ray Coyote están en sus riffs.

Por otro lado, el bajo y los teclados aumentan el rango de versatilidad del grupo; aportando con sonidos más atmosféricos y expansivos para poder colocar la propuesta completa en un espacio más lejano.

En el contenido lírico, Colmillo expresa esa búsqueda identitaria; con composiciones que ponen al hombre como centro de un viaje, de un descubrimiento, de reconocer sus alrededores y crearse a sí mismo como ente colaborador.

Todo esto en vivo, es sinónimo de potencia. El ensamblaje del sexteto es sólido y con la energía que proyecta Pablo Barba desde el micrófono, el resultado fue un tsunami de sonido, del que ya estaban ansiosos los asistentes que llevaban puestas sus playeras distintivas de la banda.

La propuesta tapatía es un testimonio vivo de las posibilidades en la música sin abandonar su propuesta creativa primigenia. Pocos grupos de rock logran encontrar un camino propio con tan corta trayectoria, y aunque han sido cinco años de trabajo, parece que el futuro de Ray Coyote es prometedor si continúan fieles a ellos mismos.

Ray Coyote es:

Pablo Barba - Voz Diego Orozco - Guitarra Luis Adrian Romero - Guitarra Rafael Anaya Champion - Bajo Alejandro Velasco - Bateria

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