“De Mongolia a la Patagonia”: música, identidad y arte de todos los pueblos
- Texto: César Sierra
- 2 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Miércoles 30 de noviembre: en el Foro FIL se presenta el concierto “De Mongolia a la Patagonia: Un origen, muchas lenguas”, evento dentro del marco de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La intención era muy clara: honrar a las lenguas antiguas de diversos lugares de América Latina y el mundo, y vaya que lo lograron, con un impresionante grupo de artistas formado por Rasmus Lyberth, Tonolec, Sak Tzevul, Uchpa, Ajinai, El venado Azul y Tzontzonalli, que trajeron música de lugares como Argentina, Perú y Mongolia a la capital jalisciense.
Con un desfile de letras compuestas en wixaritari, inuit, quechua, mongol, toba, entre otras, y sus respectivas melodías, los músicos generaron un ambiente incomparable entre todos los asistentes del foro.
Los asistentes tuvimos la oportunidad de escuchar interesantes propuestas musicales como el rock en Tzotzil de los chiapanecos Zak Tzevul, o la música electrónica en toba de los argentinos Tonolec.

Cada performance de cada una de las agrupaciones transmitía talento, alegría, colores y una invitación a conocer más de sus propuestas musicales; a conocer más de las culturas de las que eran portavoces.
Agregándole más al gran espectáculo que estaban realizando, todos los artistas en el escenario gritaban el mismo discurso: unidad.
A través de sus músicas, los intérpretes proponían un mundo de paz, un mundo donde la humanidad fuera libre, que no tuviera barreras ni fronteras: un mundo que se rigiera por la hermandad de los pueblos.
La euforia creada por el espectáculo hizo que la audiencia del foro bailara y gritara ante los mensajes que los artistas transmitían, y fueron en esos momentos, donde el objetivo del concierto se sintió más: la música nos unió; la música de diferentes países, culturas, religiones y lenguas hicieron que los asistentes disfrutaran la vida en paz.
Con gritos de ¡Viva la vida!, ¡Sigan luchando!, ¡Resistencia!, ¡Unidad!, ¡Unión de los pueblos!, “De Mongolia a la Patagonia” llegó a su fin, dejando detrás una semilla para el futuro.

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