#SentirDesdeElCine: El Ciudadano Kane
- Columnista: Ricardo Navarrete
- 5 ene 2017
- 2 Min. de lectura
El Ciudadano Kane
Orson Wells
U.S.A. 1941

Este filme es considerado como unos de los filmes más importantes de la historia debido a su innovación en la estructura fílmica, ya que puede apreciarse un atrevimiento que era diferente al cine que se producía en Hollywood. Por ejemplo en el montaje, puede apreciarse desde el inicio todas las técnicas posibles como transposición de imágenes y técnicas de cambio de imagen que funcionan como efectos que hoy en día mantienen los
programas de edición y que vemos constantemente.
El montaje de edición también va acompañado de un montaje coreográfico en acción, es decir, la ubicación de los personajes dan efectos a la imagen; los tres planos que pueden verse consecutivamente en diversas tomas. Por ejemplo, una en especial que deja ver al
niño Kane en su trineo mientras sus padres lo arrojan a otro mundo que lo determinará.
La iluminación que oculta los rostros con claro-oscuros, tomas de la cámara en puntos que desautomatizan la mirada y planos secuencias que se alargan y manejan tiempos que cambian las perspectivas es unas de las partes que conforman el filme y que funcionan como imagen impacto, puesto que provocan en la sensación cierta angustia por lo
desconocido.
Otro punto a resaltar es la forma narrativa que presenta el director, escritor, y
protagonista con una historia que va de un supuesto presente a un pasado que
responde a dicho presente constantemente. El parteaguas del tiempo lo marca la investigación de una palabra que defina a Charles Foster Kane (personaje principal) que está inspirado en el político William Randolph Hearst, magnate de prensa y que no aceptó la crítica.
No obstante pensemos con el filme. El argumento nos muestra la importancia en definir a un personaje por su última palabra: Rosebud. Una palabra que atraviesa la historia del personaje y su determinación en un mundo que él no eligió, como todos nosotros en algún momento. El personaje toma decisiones con lo que tiene, que van en contra de lo
establecido, pues está consciente de que no pertenece a ese mundo, sin embargo,
ese ambiente termina consumiéndolo en la soledad.
Al tomar una bola de cristal que en su interior contiene una casa humilde en medio de la nieve como símbolo el recuerdo de su origen, Kane lo guarda consigo hasta su último instante. ¿No tenemos eso en nosotros? ¿No nos desenvolvemos en un mundo en el que no decidimos idioma, recursos, leyes etc.?
Pero ¿cuándo las cuestionamos?
Si logramos cuestionar, por poner un ejemplo, el ¿por qué usamos zapatos, si porque nos acostumbraron o porque nosotros realmente deseamos usarlos?, entonces estamos en el camino de nuestro origen de la libertad de realmente decidir lo que hacemos convencidos que fue nuestra decisión. Me parece que si buscamos ser originales es necesario regresar al origen.
Pero ¿cuál es nuestro origen? ¿qué hay en nuestra esfera de cristal?

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